lunes, 24 de octubre de 2011

Metaphor I


Todos somos grandes pájaros encerrados en jaulas pequeñas.
...








Te encuentras dentro de una habitación. El aire es denso y te cuesta respirar. Hay poca luz y no te acabas de acostumbrar a ello. De repente te entran ganas de moverte, un impulso nervioso te recorre por la columna vertebral, pero sin embargo no puedes moverte ni un ápice. Estás atado con un montón de gruesas cuerdas. Las cuerdas no ejercen presión alguna, pero los nudos están bien hechos porque por mucho que luchas y luchas durante un tiempo que se te hace eterno, todo es en vano. Al final desistes. Y aprendes a vivir con ello, como si una nube te acompañara siempre. Cómo la sombra que te recuerda tu insoportable existencia.

Sin embargo. Tu puedes romper esas cuerdas. Y quizás cuando lo hagas sentirás una felicidad tan grande como efímera. "Soy libre, ¿a qué espero?" te preguntarás. Pero sentirás como el vacío se hace quizás aún más grande. Nada te sostiene ahora. Por lo menos antes tenías cuerdas que te sujetaban. Tienes heridas que duelen. Y sigue sin haber luz en a habitación.
Y yo que estoy dentro de ti pero pocas veces me escuchas, te grito sin cesar: ¡Aprende a jugar!¡Aprende a jugar con las cuerdas! Ajústalas a tu medida o quítatelas cuándo quieras. En eso consiste.



Y solo así lograrás conocer y conocerte para escapar de la jaula y poder volar. Porque la jaula hace tiempo que es demasiado pequeña para ti.


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Y las cuerdas en mi vida, y seguramente en la vuestra también son la costumbre, lo impuesto, la tradición, las leyes, la sociedad, el mundo en general, que está programado para una (in)felicidad hipócrita y superficial. Por eso: ¡tenemos que aprender a jugar con las cuerdas! A jugar con la vida. . .


Lau.

jueves, 29 de septiembre de 2011

SOUL




A veces el destino se parece a una pequeña tempestad de arena que cambia de dirección sin cesar. Tú cambias de rumbo intentando evitarla. Y entonces la tormenta también cambia de dirección, siguiéndote a ti. Tú vuelves a cambiar de rumbo. Y esto se repite una y otra vez. Como una danza macabra con la Muerte antes del amanecer. Y la razón es que la tormenta no es algo que venga de lejos y que no guarde relación contigo. Esta tormenta, en definitiva, eres tú. Es algo que se encuentra en tu interior. Lo único que puedes hacer es resignarte, meterte en ella de cabeza, taparte con fuerza los ojos y la orejas para que no se te llenen de arena e ir atravesándola paso a paso. Y en su interior no hay sol, ni luna, ni dirección, a veces ni siquiera existe el tiempo. Allí sólo hay una arena blanca y fina, como polvo de huesos, danzando en lo alto del cielo. Imagínate una tormenta como ésta.





Y tu en verdad la atravesarás, claro está. La violenta tormenta de arena. La tormenta de arena metafísica y simbólica. Pero por más metafísica y simbólica que sea, te rasgará cruelmente la carne como si de mil cuchillas se tratase. Muchas personas han derramado allí su sangre y tú, asimismo, derramarás allí la tuya. Sangre caliente y roja. Y esa sangre se verterá en tus manos. Tu sangre y, también, la sangre de los demás.
Y cuando la tormenta de arena haya pasado, tú no comprenderás cómo has logrado cruzarla con vida. ¡No! Ni siquiera estarás seguro de que la tormenta haya cesado de verdad. Pero una cosa sí quedará clara. Y es que la persona que surja de la tormenta no será la misma que penetró en ella. Y ahí estriba el significado de la tormenta de arena.



Haruki Murakami, Kafka en la orilla.



Feel.

martes, 27 de septiembre de 2011

Stormy Monday

...A veces, de repente y sin avisar. Así pasan las mejores cosas. Pero también las peores. Cómo en esos días en los que sientes que el oxígeno no te llega bien a los pulmones. Y aún así, el cerebro y el cuerpo, mecánicos y acompasados,igual que siempre. En cada poro de tu piel se instala un viejo conocido. Él siempre va estar a tu lado,él nunca traiciona. Tus pies se mueven, pero de un momento a otro, quizás alguien sin querer te toque.Y sentirá lo vacía que estás.
Hoy llueve. Y estás desnuda. Y sin embargo. El aire que corre no es suficiente, y tu vida y el mundo que la rodea se vuelve niebla. Algo borrosa y desdibujada, una niebla densa y gris. Y en todo reside una gran belleza, una gran fragilidad. Como una canción de blues en el metro en otoño. Algo triste, algo bello. Como la vida misma.

I





No es más que otro blog cualquiera. No tengo un gran talento ni soy buena, ni tengo la intención de que alguien lea esto, simplemente me apetece escribir y compartirlo. Y olvidarme durante unos minutos de todo, haciéndolo. Todos necesitamos nuestros momentos y aquí creo que podré tener un rato para mi.

And this is what I said, baby