jueves, 29 de septiembre de 2011

SOUL




A veces el destino se parece a una pequeña tempestad de arena que cambia de dirección sin cesar. Tú cambias de rumbo intentando evitarla. Y entonces la tormenta también cambia de dirección, siguiéndote a ti. Tú vuelves a cambiar de rumbo. Y esto se repite una y otra vez. Como una danza macabra con la Muerte antes del amanecer. Y la razón es que la tormenta no es algo que venga de lejos y que no guarde relación contigo. Esta tormenta, en definitiva, eres tú. Es algo que se encuentra en tu interior. Lo único que puedes hacer es resignarte, meterte en ella de cabeza, taparte con fuerza los ojos y la orejas para que no se te llenen de arena e ir atravesándola paso a paso. Y en su interior no hay sol, ni luna, ni dirección, a veces ni siquiera existe el tiempo. Allí sólo hay una arena blanca y fina, como polvo de huesos, danzando en lo alto del cielo. Imagínate una tormenta como ésta.





Y tu en verdad la atravesarás, claro está. La violenta tormenta de arena. La tormenta de arena metafísica y simbólica. Pero por más metafísica y simbólica que sea, te rasgará cruelmente la carne como si de mil cuchillas se tratase. Muchas personas han derramado allí su sangre y tú, asimismo, derramarás allí la tuya. Sangre caliente y roja. Y esa sangre se verterá en tus manos. Tu sangre y, también, la sangre de los demás.
Y cuando la tormenta de arena haya pasado, tú no comprenderás cómo has logrado cruzarla con vida. ¡No! Ni siquiera estarás seguro de que la tormenta haya cesado de verdad. Pero una cosa sí quedará clara. Y es que la persona que surja de la tormenta no será la misma que penetró en ella. Y ahí estriba el significado de la tormenta de arena.



Haruki Murakami, Kafka en la orilla.



Feel.

martes, 27 de septiembre de 2011

Stormy Monday

...A veces, de repente y sin avisar. Así pasan las mejores cosas. Pero también las peores. Cómo en esos días en los que sientes que el oxígeno no te llega bien a los pulmones. Y aún así, el cerebro y el cuerpo, mecánicos y acompasados,igual que siempre. En cada poro de tu piel se instala un viejo conocido. Él siempre va estar a tu lado,él nunca traiciona. Tus pies se mueven, pero de un momento a otro, quizás alguien sin querer te toque.Y sentirá lo vacía que estás.
Hoy llueve. Y estás desnuda. Y sin embargo. El aire que corre no es suficiente, y tu vida y el mundo que la rodea se vuelve niebla. Algo borrosa y desdibujada, una niebla densa y gris. Y en todo reside una gran belleza, una gran fragilidad. Como una canción de blues en el metro en otoño. Algo triste, algo bello. Como la vida misma.

I





No es más que otro blog cualquiera. No tengo un gran talento ni soy buena, ni tengo la intención de que alguien lea esto, simplemente me apetece escribir y compartirlo. Y olvidarme durante unos minutos de todo, haciéndolo. Todos necesitamos nuestros momentos y aquí creo que podré tener un rato para mi.

And this is what I said, baby